jueves, enero 10, 2008

EL TESORO DE LA FILOLOGÍA (II)

FILÓSOFO. El primero que se intituló con este nombre fue Pitágoras, pareciéndole que el nombre de sabio absolutamente era arrogante, presupuesto que ningún hombre sabe tanto que no le falte mucho que saber. Y de allí en adelante todos los profesores de filosofía no se llamaron sofistas, sino filósofos y por donaire dejaron el nombre de sofistas a los que sabían poco y presumían mucho con dotrinas aparentes y falsas.

MARIPOSA. Es un animalito que se cuenta entre los gusanitos alados, el más imbécil de todos los que puede haber. Este tiene inclinación a entrarse por la luz de la candela, porfiando una vez y otra, hasta que finalmente se quema […] Esto mesmo les acontece a los mancebos livianos que no miran más que la luz y el resplandor de la mujer para aficionarse a ella; y cuando se han acercado demasiado se queman las alas y pierden la vida. Dijose mariposa, quasi mariposa, porque se asienta mal en la luz de la candela donde se quema.

MERENDAR y MERIENDA. En rigor vale lo que se comía al mediodía, que era poca cosa, esperando comer de propósito a la cena; quasi merienda, porque se daba después de haber trabajado, cuando ya se merecía.

MODERNO. Lo que nuevamente es hecho, en respeto de lo antiguo; del adverbio modo, cuando significa agora. Autor moderno, el que ha pocos años que escribió, y por eso no tiene tanta autoridad como los antiguos.

ESPERAR. Aguardar el suceso de alguna cosa buena, porque la mala antes la tememos que la esperamos, aunque de ordinario eso mesmo que esperamos tememos por su incertidumbre, vacilando una vez con el temor y otra con la esperanza, como dijo Terencio, in spe et timore. Y sin embargo de todo esto, abusivamente decimos esperar la calentura, aunque no deseamos que venga y esperar la muerte, que naturalmente la tememos.

ESPOSA Y ESPOSO.
Los que se han dado palabra de casamiento, o sea de presente o de futuro. Lat. sponsa et sponsus, del verbo spondeo, des, por prometer. Esposas, cierto género de prisión con que atan ambas manos, que en latín se llama manicae ferrae, porque hacen juntar una mano con otra estrechamente, como se juntan las de los desposados, aunque no con el contento que ellos, sino con mucho pesar.

TROGLODITAS. Ciertos pueblos de Etiopia, bajo Egipto, hacia el Sino Arábico; es gente muy bárbara, susténtase de carne de serpientes, viven en cuevas, no tienen lenguaje ni voz, sino tan solo un chillido; y por esta razón no pueden ser tratados ni comunicados de otras gentes.

ABUELO. Y corrutamente agüelo, del nombre latino avus […] Proverbio: «Quien no sabe de agüelo no sabe de bueno», porque los agüelos quieren mucho a sus nietos, en razón de que se van perpetuando en ellos más delante de los hijos; o porque el hijo, con el amor que tiene a su propia mujer y a sus hijos parece disminuir el de los padres; y porque el amor dicen que más intensamente desciende que asciende. El otro malicioso respondió a esto que cuando los hijos no han sido muy al gusto de los padres, estos quieren bien los nietos porque les han de vengar y han de hacer con ellos otro tanto, y así decía el otro viejo a su nieto, quejoso del hijo: «Tú me vengarás de tu padre».

(Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, 1611).

4 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Con la primera entrega de Covarrubias, le pedi el libro a los Reyes. Con esta segunda, mañana mismo empiezo a leérmelo. Gracias.

Anónimo dijo...

TROGLODITAS. Ciertos pueblos de Etiopia, bajo Egipto, hacia el Sino Arábico; es gente muy bárbara, susténtase de carne de serpientes, viven en cuevas, no tienen lenguaje ni voz, sino tan solo un chillido; y por esta razón no pueden ser tratados ni comunicados de otras gentes.

Me encanta Covarrubias. Esta entrada es buenísima, linguistica y políticamente incorrecta, como siempre, no defrauda.

Anónimo dijo...

¡Pues cuánto me alegra que mi entrada inspirara tu carta a los Reyes, Enrique!
Espero que disfrutes (por lo menos tanto como yo) su lectura.

Marga, ¡bienvenida al blog! Y qué buena eres al no tomarte a mal mis críticas y recelos hacia el cientifismo lingüístico.

Abrazos.

Adaldrida dijo...

Covarrubias ha sido imprescindible en mi tesis calderoniana, que por cierto acabo de recoger encuadernada. Yuju! Me han invitado en marzo a recitar en el museo Ramón Gaya de Murcia... espero no pillar otra neumonía. Sigo visitándote...